AYACUCHO PERU

Ayacucho Peru

“Capital de las Artesanías”

La región de Ayacucho posee rastros de actividad humana desde hace más de 20 mil años. Su historia se inicia con los restos encontrados en la cueva de Piquimachay, uno de los restos líticos más antiguos de Sudamérica. Sus territorios fueron el dominio de las culturas Warpa, Wari, Chancas y luego de los Incas.



La ciudad de Ayacucho fue fundada por los españoles en 1539 con el nombre de “San Juan de la Frontera de Huamanga”. 



En 1542 la ciudad tomó el nombre de “San Juan de la Victoria”, luego se le llamó “Huamanga” y desde 1824 el libertador Simón Bolívar la llamó “Ayacucho” en honor a la última batalla librada entre las Fuerzas Patriotas y Libertadoras frente a las Fuerzas Realistas españolas. 

Luego de la batalla de Ayacucho, el Perú obtuvo su total independencia de la Corona de España.   


La ciudad de Ayacucho, o Huamanga, es afamada por sus artesanos, con una rica herencia cultural de ancestros andinos. Es la ciudad de las iglesias, en donde el fervor cristiano alcanza su máxima expresión cada año en la celebración de la Semana Santa y también destaca la celebración de los carnavales.



Ayacucho, es también, la ciudad de las cruces. Es toda una tradición, que las casas exhiban coronando su techo, una pequeña iglesia y su cruz de barro cocido, o simplemente una cruz.





urante la colonia española, esta bella ciudad fue una de las más importantes del Perú, por su ubicación estratégica en el camino que unía Cuzco con Lima, por la presencia de obrajes (industria textil), y además por ser el centro proveedor de alimentos de la gran mina de Santa Bárbara en Huancavelica. Son testimonio sus palacios coloniales, las casonas y las grandes plazas, en las que se fusiona el arte del indígena andino y el español.



Actualmente, es una ciudad pobre, de relativo retraso económico, pero que alberga joyas coloniales, invaluables artesanos, y mucha gente humilde de gran corazón, que sufrió por la insanía criminal del terrorismo en la década de 1980.

Guía de Ayacucho




Pasear por Ayacucho, es recorrer por angostas calles, como trenzas de un collar, que transponen antiguas y hermosas casonas coloniales e iglesias y conventos que guardan invaluables tesoros artísticos en su interior. Es transitar entre gente muy humilde, autóctona, con sus vestidos y trajes ancestrales y multicolores. Recorrer Ayacucho es discurrir en un museo viviente de la colonia, en la que se funden las antiguas tradiciones y artes indígenas con las españolas. Pasear entre los comercios de los artesanos en el barrio de Santa Ana, es deslumbrase con el arte que nace de sus manos, de su inspiración ancestral.




Cabe imaginar la sinfonía de campanarios en la época colonial, obra de alarifes, artesanos y pintores, indígenas y españoles. El notable arquitecto Héctor Velarde señaló: “las influencias costeñas venidas de Lima, las serranas traídas de Cuzco, formaron una arquitectura señorial con mucho de lo plástico y morisco de la costa y mucho de lo austero y pétreo de la sierra”. Ayacucho en su época de opulencia competía por poseer entre las mejores y más bellas iglesias del Perú, es por ello, que hoy también esta ciudad, tiene ganado el nombre de “la ciudad de las iglesias”.
En el territorio de Ayacucho, se encuentra uno de los primeros rastros históricos de la presencia humana en Sudamérica. Se remonta a 20 mil años antes de Cristo. En esta región habitaron antiguas civilizaciones, como los Warpas (250 – 500 DC.). Entre el siglo VII y XII dominó el Imperio Huari, y en su decadencia fueron absorbidos por los Chancas. El Inca Pachacútec conquistó la región y la sometió al imperio incaico en el siglo XV. Destacan los complejos arqueológicos de Vilcashuaman, Wari y Piquimachay.



El abanico de expresiones artísticas populares que se da en Ayacucho, no tiene paralelo en el Perú. La tradición del arte ancestral indígena se fusionó con las manifestaciones artísticas traídas por los españoles en la conquista. Actualmente, los artesanos ayacuchanos han desarrollado técnicas y expresiones de arte impresionantes. Destacan los retablos multicolores, los mates burilados, los textiles, la talla de la piedra de Huamanga, la cerámica, la platería y filigrana y las tablas de Sarhua.




Es una de las fiestas religiosas más afamadas de todo el Perú. De origen español, representa la pasión y muerte de Cristo en el Calvario. Todo el pueblo ayacuchano participa. Cada año congrega a decenas de miles de turistas que llegan de todas partes del Perú y del extranjero, para participar de la devoción del espíritu religioso y del rico folclore profano que acontece en las celebraciones. Los habitantes de pueblos cercanos llegan en cientos o miles, organizados en caravanas. Cada día se realizan multitudinarias procesione00000000s y manifestaciones religiosas, acompañadas de danzas folclóricas. Paralelamente se realizan ferias artesanales, ganaderas y festivales.


Ayacucho (Lengua Quechua:”El rincón de los muertos”)
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